España -- Observen
la interesante idea que ha tenido un vecino de la capital grancanaria: ha convertido
un trozo de tierra lleno de suciedad un favorable huerto, lo más peculiar es
que en realidad es una rotonda de una calle.
José, un morador de la capital de Gran Canaria se le ha occurrido la idea de plantar hortalizas y flores en una parte de tierra municipal. El jocoso de la hecho es que el buen señor (que no pidió permiso alguno) se ha puesto a cultivar las lechugas y las patatas en una rotonda en medio de la carretera. La cosecha proveniente de esta inusual huerta en plena ciudad la distribuye entre los vecinos de la zona. Asombrados estarán los conductores mientras pasan por la rotonda y ven aquella imagen de un hombre con un azadón en una mano y un cajón con la cosecha en hombro.
El problema es el agua para regar el terreno. El hortelano bienhechor la
paga de su bolsillo mientras aguarda a que las instituciones públicas le
faciliten un punto de riego.
José no procura sacar a nadie de la crisis con
su huerta, pero le hace feliz olvidar la situación embelleciendo el paisaje.