El domingo, un hombre de 35 años de edad, iba de visita a la prisión local en Ribeirao das Neves, Brasil, y trató de evitar la costumbre de los rayos X al entrar. Los funcionarios de prisiones no se percataron del gran inventario que descubrirían después de una inspección.
A saber cómo los guardias penitenciarios lograron extraer todos estos elementos por el recto:
Dos teléfonos celulares
Dos baterías
Un par de alicates
Dos brocas
Ocho pequeñas sierras
Cinco clavos
Tres tarjetas SIM
De acuerdo con un informe de prensa de la Secretaría de Administración Penitenciaria, una investigación interna se ha puesto en marcha para revelar cómo el visitante consiguió avanzar hasta el momento en el procesamiento, sin que nadie lo notase con la cuestión de que su ano funcionó como una caja de herramientas. Al parecer, porque de André Silva de Jesús afirmó y presentó un certificado médico de que tenía un marcapasos, así fue capaz de optar por el uso de las máquinas detectoras de metales.
La chequeo se produjo porque el visitante se veía "nervioso" y los guardias se alertaron. André Silva de Jesús pretendía entregar los instrumentos a un preso.
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