El guardia de seguridad, apellidado Gu, fue capturado haciendo contrabando, entregó dos maletines de mercancías fuera de la fábrica de alimentos, donde trabajó en la ciudad de Pinghu, China.
Luego de esto, la policía halló más de 1.000 huevos en su refrigerador, todos los cuales habían sido meticulosamente etiquetados con una fecha de caducidad.
También encontraron carne, jabón, cajas de tejidos y envases con detergente.
Claramente bajo la presión, Gu admitió el robo, explicando que "realmente le gusta los huevos".
Él dijo: "He perdido la cuenta de las veces que he robado, probablemente cientos de veces..
Un portavoz de la fábrica, dijo: "Estamos tan sorprendido como todos los demás de que era el guardia de seguridad."
"Pensamos que era un guardia trabajador y obediente que disfrutaba del turno de noche porque no tenía una familia para ir a casa."