Imagen: Corbis |
Para no ser apresado por los
agentes del orden por allanamiento y robo de propiedad privada, el ladrón puso
los vídeos debajo de un auto y llamó a la comisaría desde un teléfono público.
"He tenido la desgracia de que han caído las cintas en mis manos y me veo
en la obligación de presentarlas, dejando que ustedes hagan su trabajo y puedan
meter a ese [...] en la cárcel de por vida", confesó el acusador.
De esta manera, los
agentes consiguieron detener al agresor sexual con las pruebas aportadas por el
supuesto delincuente, que además facilitó la ubicación de donde había realizado
el robo. En tres cintas de vídeo los agentes encontraron imágenes de agresiones
sexuales a niños de unos 10 años de edad.
El arrestado era un
entrenador de fútbol-sala y su estrategia consistía en ganarse la confianza de
los menores para incitarles a ver vídeos pornográficos, hacer que se
masturbaran y, luego, abusar de ellos. Hasta el momento la investigación ha
podido identificar a cuatro niños víctimas de los abusos y agresiones sexuales,
entre ellos un joven de 16 años que podría llevar unos 6 años sufriendo este
tipo de abusos.
El detenido había
denunciado días antes el robo de varios pequeños electrodomésticos en su
domicilio, pero no de la cámara ni de las cintas de vídeo entregadas a la
Policía por el ladrón denunciante.